Personalidad. El artista ha ido formando su carácter en una época conocida por algunos historiadores como edad de las masas, caracterizada por la modernización de los hábitos
http://www.elalmeria.es 01.12.2013 | PEDRO PONCE MOLINA
A la vista del interés y excepcionalidad del fondo fotográfico sobre la Dalías del primer tercio del siglo XX, que constituye la colección de las hermanas Giménez Luque, nos preguntamos ¿quién fue el autor? La información proporcionada por su madre Isabel Luque Guillén y otros parientes como doña Elisa Giménez García, lleva a atribuir la autoría a Gabriel García Fornieles, en un periodo de tiempo centrado fundamentalmente en el segundo y tercer decenios del siglo XX, especialmente entre los años 1914 y 1920.
Importantes, para fijar criterios sobre su personalidad, han sido los datos sobre los orígenes familiares. Sus padres fueron Gabriel García, boticario, e Irene Fornieles, hija única y heredera universal de uno de los principales terratenientes de la Dalías de los últimos decenios del siglo XIX. En las listas de los electores de Diputados a Cortes del distrito de Berja para el año 1858, en Dalías aparecen 80 hombres con derecho a voto, figurando en primer lugar José Fornieles Godoy que paga una contribución directa de 3.116 reales, seguido, en segundo lugar, por Eugenio Peralta con 1.273, en el séptimo puesto está Juan A. Fornieles con 794, y en la posición setenta y cuatro Gabriel Fornieles con 405 reales. Gabriel García e Irene Fornieles fueron padres de: David (médico), Eloísa (soltera), Irene (soltera), José, Gabriel (soltero), Dolores, Isabel y Salvador (soltero). En estos tiempos las fotografías son objetos de difícil adquisición que no se los pueden permitir muchos.
Gabriel García Fornieles ha ido formando su personalidad en una época conocida por algunos historiadores como edad de las masas, caracterizada por la modernización de los hábitos y el desarrollo de nuevas formas de cultura colectiva (fotografía, cine, deporte, etc.), aparición de comportamientos emocionales y sentimientos colectivos que con frecuencia la política trata de encauzar y manipular, y el afloramiento de la opinión pública, en función de la mayor accesibilidad a la prensa. La Primera Gran Guerra será el inicio de una nueva etapa hasta el estallido del Segundo Conflicto bélico en 1939.
La expansión de publicaciones periódicas fue posible por el desarrollo de medios técnicos que permitieron una rápida edición y el telégrafo, explicándose también por la difusión del sistema educativo y la ampliación de la libertad de expresión. Dalías no fue ajena a este movimiento, como tampoco lo fue Gabriel García Fornieles que en 1907 publica en la prensa local un artículo titulado «De mi pueblo/La Democracia», continuando con otros sobre las irregularidades en los riegos.
El profesor Donato Gómez, en un excelente y esclarecedor artículo sobre Los fotógrafos de la ciudad de Almería, ha puesto de manifiesto las dificultades existentes en el siglo XIX para obtener material fotográfico, bien fuera de tipo químico o papeles, y, por supuesto, cámaras; así como también que desde comienzos del XX la cosa cambia, al surgir establecimientos, fundamentalmente droguerías, e incluso especialistas en reparación de aparatos fotográficos.
La comercialización de cámaras de uso fácil (el famoso eslogan de Kodak «Apriete el botón, nos encargamos de lo demás») revoluciona el mercado de la fotografía. El comienzo del siglo XX supone la ampliación del uso de cámaras fotográficas, y el desbordamiento de los fotógrafos profesionales, sustituidos en ambientes familiares por los aficionados. En estos momentos entramos en el siglo de la imagen.
En la Crónica Meridional, 20 de junio de 1907, apareció el escrito siguiente:
Instantáneas
Me produce indignación
ver que la fotografía
siendo una noble afición
se ha convertido en manía.
Hoy todo bicho viviente
pretende hacer un retrato;
hoy no es persona decente
quien no tiene un aparato.
Todos presumen de artistas
y lucen su habilidad
sacando tipos y vistas
del campo y de la ciudad.
y hasta hay personas discretas
que hacen de eso una virtud,
y a gusto viven sujetas
a tan negra esclavitud…
Si hay entierros, procesiones,
meeting, desfiles, revistas…
¡allá van esos varones
para llevarse las vistas!
y en la carrera se ven,
-que en ellas todos se juntan-
aquí y allá más de cien
máquinas que nos apuntan.
Aunque el tiro no les falle
la gente los toma a guasa
¡que si apuntan en la calle
disparan luego… en su casa!
¡Bendigamos y admiremos
la afición contemporánea,
y nuestro canto elevemos
a la máquina instantánea!
Gabriel García Fornieles, muy distante para bien de lo anterior, ha captado en todo su valor y posibilidades la nueva cultura visual unida a la fotografía, pero en convivencia con la pintura y la tradición literaria, de la cual no está al margen, pues es un gran lector y cuenta con una bien dotada biblioteca, en la que conviven las últimas novedades literarias con tratados de diferentes materias, varios, incluso, de arquitectura y en francés.
Los artículos sobre el Fondo Fotográfico Gabriel García Fornieles no hubieran sido posibles, por una parte, sin la buena voluntad y generosidad de las hermanas Giménez Luque y de doña Isabel Luque Guillén (viuda de don Manuel Giménez García) su madre, propietarias de las fotografías, y, por otra, sin la desinteresada colaboración y buen hacer de José M. García Lirola, Francisco González Criado, José Luis Sáez Pinel, José Serrano Lara y Diario de Almería; a todos/as mi gratitud.