El pueblo de Dalías se vuelca con Blanquito, un perro callejero herido por perdigones

Rosi y Alicia junto a Blanquito, en Dalías

Rosi y Alicia junto a Blanquito, en Dalías

Diario IDEAL – 11.12.2013 | LAURA MONTALVO

DALÍAS. Numerosos vecinos de Dalías han demostrado cómo cuando los dalienses se lo proponen y hace falta se unen por una buena causa, y es que como en Fuenteovejuna, se fue corriendo la voz acerca de una ‘desgracia’ y todos a una, vecinos de todas las edades, respondieron.

Y lo hicieron para ayudar a un animal, a un perrito que lleva callejeando por las calles del pueblo varios años. «Es de todos y de nadie, no parece un perro callejero de lo gordo que está, ya que le damos de comer entre muchos, es el perro de Dalías», explica a IDEAL Alicia Jorge. Acostumbrados a verle correteando por las calles, cuando no aparece hasta le buscan. Por eso, cuando hace unas semanas este perro, al que conocen como Pancho o Blanquito, apareció herido, algunos comerciantes no se lo pensaron y le llevaron al veterinario del municipio. «Le habían disparado con una escopeta de perdigones, estaba muy malillo, sangrando, y no íbamos a dejar que se muriera así que lo llevamos a que lo operaran», explica Alicia junto a Rosi Pedrosa.

Fue una operación costosa, de unos 200 euros, unos 300 si se tiene en cuenta las medicinas que necesitó el perrito para ponerse bien, «por eso lo íbamos a pagar entre cinco o seis, pero la gente se fue enterando de lo que había pasado y quiso también aportar algo, así que al final los gastos se han pagado entre muchos, me sorprendió mucho ver la cantidad de gente que se interesó por él». Una vecina mantuvo a Blanquito en su casa durante el postoperatorio, «para cuidarle mejor». Pero el animal sigue viviendo en la calle una vez que ya está bien, «porque no le gusta vivir en casa, el tiempo que estuvo en una le daba como depresión, se daba hasta cabezazos, está acostumbrado a estar en la calle, y como le ayudamos a que no le falta nada está bien, aunque es verdad que nos da un poco de miedo que le vuelva a pasar algo».

Y es que aunque «se ha encontrado la escopeta con la que le dispararon, como no estaba registrada no se sabe quien fue el que lo hizo, esperemos que le dejen vivir tranquilo, que el perrillo no hace daño a nadie». Blanquito se recupera de los daños en un ojo y en el costado al calor de todos los dalienses que le acarician cuando pasan a su lado. Él se deja querer, y no le falta un plato de comida en ningún rincón de la plaza.

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