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El lenguaje especial del tañir de las campanas se mantiene en Dalías

El Casino de Dalías acogió ayer las VI Jornadas de Patrimonio Daliense con seis conferencias

María D. Durán, José Gabriel Lirola, Gabriel Lirola, Trini Callejón, Antonio Marín, Carlos Villoria y Francisco Lirola.

María D. Durán, José Gabriel Lirola, Gabriel Lirola, Trini Callejón, Antonio Marín, Carlos Villoria y Francisco Lirola.

http://www.elalmeria.es – Diario de Almería 30.11.2014 | DIEGO MARTINEZ

El Casino de Dalias acogió ayer las VI Jornadas de Patrimonio Daliense donde tuvieron lugar seis conferencias dedicadas en su mayoría al 75 Aniversario de la Imagen del Santo Cristo de la Luz, el 150 Aniversario del Nacimiento de San José María Rubio, el Milenio de Almería, o el centenario del nacimiento del historiador almeriense conocido como el Padre Tapia.

Estas Jornadas estaban organizadas por la Asociación Cultural Talia y colaboraban el Instituto de Estudios Almerienses, el Ayuntamiento de Dalías, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, la Sociedad Casino-Dalías, el Centro Virgitano de Estudios Históricos y la Real, Venerable e Ignaciana Hermandad Sacramental de San José María Rubio.

El historiador Carlos Villoria habló sobre el Padre Tapia y los historiadores de la Alpujarra almeriense entre los siglos XVIII y XX. En su exposición se centró en la figura de Pedro Murillo Velarde, jesuita de Laujar de Andarax que nació en 1696. «Es un auténtico crack, fue un especialista en Derecho Canónigo y ello le llevo a que en 1751 lo felicitara el Papa. Fue geógrafo e historiador y recorrió todo el mundo».

El Padre Antonio Marín habló de los elementos de coincidencia en la vida del Padre José María Rubio y el Padre Manuel Luque. «Son hijos de la influencia del denominado catolicismo social que fue la preocupación que tuvo la iglesia en el último tercio del siglo XIX por todo lo que eran los restos del capitalimso bestial, centrado en los cinturones de pobreza».

«El Padre Manuel Luque y el Padre José María Rubio no fueron ni oradores ni predicadores pero si fueron testigos de la pobreza y se dedicaban a pedir ayuda a la gente más adinerada y luego la iban repartiendo. Los dos son de origen humilde. Rubio es de Dalías y Luque nació en Marchena en Sevilla».

Una de las conferencias más llamativas de las Jornadas la protagonizó la maestra jubilada de Dalías, Trini Callejón que habló del lenguaje de las campanas de Dalías. «Todavía se mantiene en el municipio la comunicación tan especial que surge del sonido de las campanas. Cada sonido, cada toque, lleva un mensaje distinto, que se puede calificar de alegría o de pena» apuntaba Callejón.

La historiadora María Dolores Durán habló de la figura del escultor sevillano Castillo Lastrucci que realizó el Santísimo Cristo de la Luz en el año 1937. «Curiosamente, la segunda talla que hace de un Cristo fue la de Dalías». La imagen llegó a Dalías en 1939. El precio establecido fue de cuatro mil pesetas y las condiciones de pago eran, dar mil pesetas a la firma del contrato, otras mil cuando estuviera en la madera y las dos mil restantes cuando llevara quince días en Dalías.

[en las próximas horas ampliaremos la información con material de las jornadas y un amplio reportaje fotográfico]

EL ESCULTOR CASTILLO LASTRUCCI, DISTINCIÓN 2014 DE LA HERMANDAD DEL SANTO CRISTO, A TÍTULO PÓSTUMO

Así lo ha acordado, por unanimidad de sus miembros, la actual Junta de Gobierno de esta Hermandad, con motivo del 75 Aniversario de la llegada de la actual imagen del Stmo. Cristo de la Luz. Distinción otorgada a título póstumo.

Antonio Castillo Lastrucci

Antonio Castillo Lastrucci

En Abril de 1937, dos dalienses hacían realidad su deseo de “adquirir otra imagen que pudiera reemplazar a la venerada por tantas generaciones de este pueblo netamente católico”.

La anterior imagen del Sto. Cristo de la Luz, antiquísima, realizada en plomo y de autoría desconocida, había sido destruida en el templo al iniciarse la Guerra Civil, en Julio de 1936.

Callejón Moreno relata cómo hizo las gestiones oportunas y logró “adquirir una hermosa imagen del Santo Cristo en la Ciudad de Sevilla, según contrato de compra, fechado en dicha Ciudad en 10 de Abril de 1937…”

“Antonio Castillo Lastrucci, escultor domiciliado en la calle San Vicente número 52 (de Sevilla) de una parte, y de otra Francisco Callejón Moreno, vecino de Dalías (Almería)” convenían en encargar al escultor “una imagen del Stmo. Cristo de la Luz, de aquella Parroquia, tallado en madera de Cedro y policromado, con la cruz tallada en rústico, tamaño natural”.

Callejón Moreno continúa relatando cómo comunica al daliense José Lirola Cerezuela el encargo de la imagen, acordando que fuera de los dos. No obstante, este último le agregó el trono y las andas correspondientes para poder sacarlo en procesión.

El día 3 de Mayo de 1939, Castillo Lastrucci firmaba un recibí por cuatro mil quinientas pesetas “por importe de la Imagen del Cristo en la Cruz y monte’. Ese mismo día, la nueva Imagen del Stmo. Cristo de la Luz llegaba a Dalías entre enorme expectación.

Asimismo, la Junta de Gobierno de esta Hermandad ya ha solicitado al Ayuntamiento de Dalías la denominación y, por tanto, dedicatoria de una calle de nuestro pueblo al escultor Antonio Castillo Lastrucci.

Antonio Castillo Lastrucci (Sevilla, 1882-1967) está considerado uno de los más grandes escultores imagineros del siglo XX, sobre todo en Sevilla al ser de los que más imágenes realiza para su Semana Santa . La mayoría para restituir imágenes destruidas durante los sucesos que tuvieron lugar al inicio de la Guerra Civil. No obstante, se encuentran obras suyas en diferentes puntos de la geografía española.

En el año 1963 le fue concedida la Orden de Alfonso X el Sabio. Tras su fallecimiento le fue concedida la Medalla del Mérito al Trabajo. Como trabajador deja más de 450 imágenes realizadas con sus manos.

Sus restos mortales, descansan en la Parroquia de San Julián, de Sevilla, sede canónica de la Hermandad de la Hiniesta. El grupo escultórico de la Piedad, obra de su autoría, preside el mausoleo donde está enterrado.

(Hermandad Santo Cristo de la Luz – Vocalía de Comunicación)

75 años de ‘luz’ en Dalías

DOMINGO, 04 DE MAYO DE 2014 18:34 MARÍA TORRES

http://adra.ideal.es/

Dalías. 3 de mayo de 1939. Terminada la Guerra Civil, cientos de vecinos se agolpaban con júbilo en la entrada al municipio para recibir la nueva talla del Cristo de la Luz. Dos dalienses afincados en Sevilla, Francisco Callejón y José Lirola, pagaron 4.500 pesetas por la imagen. Es el punto de partida de una devoción que ha trascendido los límites de esta pequeña localidad tradicionalmente católica, enclavada entre las comarcas de la Alpujarra y del Poniente de Almería. Hoy Dalías conmemora con solemnidad aquel ‘rayo de luz’ porque el fervor de entonces permanece intacto 75 años después.

 Aquel 3 de mayo de 1939 se acabó el desconsuelo y el vacío que originó entre los dalienses la destrucción de la imagen original al iniciarse la Guerra Civil. La nueva talla, obra «del mejor imaginero del momento», fue encargada al escultor sevillano Antonio Castillo. El 10 de abril de 1937 se firmó el contrato, bajo unas estrictas condiciones de pago: la inmediata entrega de 1.000 pesetas, 1.000 más cuando el Cristo estuviera tallado en madera y las 2.500 restantes, quince días después de su entrega. El Cristo Crucificado número 37 de Antonio Castillo cautivó a los dalienses por su extrema belleza y la devoción hacia esta talla ha ido creciendo con el paso del tiempo hasta convertirse en un sentimiento imparable entre sus devotos.

Han pasado 75 años desde que Francisco Callejón cumpliera su deseo de adquirir una nueva talla para Dalías. En una reunión celebrada el 23 de abril de 1939 para reorganizar la Hermandad del Cristo de la Luz de Dalías, Callejón explicó la gestiones que estaba realizando en el número 52 de la sevillana calle San Vicente, domicilio del escultor Antonio Castillo. Según recoge el contrato de compra, este daliense encargó «una imagen del Santísimo Cristo de la Luz, tallado en madera de cedro y policromado, con la cruz tallada en rústico, tamaño natural». Callejón se puso en contacto con su paisano José Lirola quien le agregó el trono y las andas correspondientes para poder sacarlo en procesión cada tercer domingo del mes de septiembre. Así quedó recogido en el acta de aquella reunión que tuvo lugar en la sacristía de la iglesia parroquial de Dalías.

Tal y como figuraba en el contrato establecido entre Callejón y el escultor sevillano, la nueva talla del Cristo de la Luz de Dalías llegaba a la localidad el 3 de mayo de 1939.

Restauraciones posteriores

Desde entonces, la imagen del Cristo Crucificado ha necesitado tres restauraciones posteriores. La primera tuvo lugar tras el incendio que destrozó buena parte de la iglesia que custodiaba al Santo Cristo de la Luz. Durante la noche del 20 de septiembre de 1993, los vecinos se vieron alarmados por las llamas que azotaron al templo. Un grupo de hermanos logró rescatar a tiempo al Cristo que sólo sufrió daños en su policromía. Mientras se organizaban para restablecer la normalidad, los dalienses se echaron a la calle para pedir donativos que sufragasen la restauración de la talla. Una año después, el Cristo abandonaba por primera vez Dalías para someterse a un proceso de rehabilitación en Sevilla, en este caso, en el taller de Juan Abad y Silvia Martínez.

Aquella primera restauración no consiguió eliminar completamente las huellas que el fuego plasmó sobre la venerada escultura y se realizó una segunda rehabilitación, cinco años después, en el taller madrileño de los Hermanos Cruz Solís. La última intervención tuvo lugar en 2007 en este mismo taller que, cada dos años, vela por el buen estado de la talla.

Fiestas patronales

El Santo Cristo de la Luz de Dalías procesiona una vez al año, el tercer domingo del mes de septiembre, con motivo de las fiestas patronales de este municipio de más de 3.500 habitantes. Son días de fervor, pólvora y ruido. Coincidiendo con la recta final de agosto, el goteo de peregrinos que llegan a la localidad daliense a pie es constante. Miles de personas arropan al Santo Cristo de la Luz en su ‘día grande’ donde los incontables cohetes simbolizan la exaltación de la fe hacia esta venerada imagen.

Especialmente emotiva es su llegada en procesión a la iglesia de Santa María de Ambrox cuando la ‘luz’ que irradia el Cristo hace que «la noche se convierta en día».