El programa oficial de fiestas publica el pregón que las proclamará, y que corre a cargo de Antonio Jiménez Trujillo. Te ofrecemos aquí el texto íntegro del pregón, que podrás escuchar en la noche del jueves día 17 desde la plaza del ayuntamiento.

foto: Antonio Jiménez Trujillo (redes sociales)
¡Paisanos, amigos y conocidos!
¡Buenas noches a todos!
En primer lugar, mi más sincero agradecimiento a Paco Giménez, el alcalde, a los concejales y cómo no, a la Comisión de Festejos, por haber sido invitado a pregonar las Fiestas de este año.
Me presento: para los que no me conocéis, soy Antonio Jiménez y nací a pocos metros de aquí hace 58 años, hijo de Juan Giménez, el telegrafista y Mercedes.
Como viajero que soy, algunos saben que he recorrido más de medio mundo viajando con mi equipo de fotografía, he vivido situaciones complicadas, pero os aseguro que ninguna aventura se puede comparar con esta de escribir un pregón.
Como ya estáis oyendo, no tengo el don de la palabra, bien por lo que significa para mí, o por no saber cómo transmitir mis sentimientos por Dalías y su gente, esto sí que ha sido una verdadera aventura, apasionante y difícil, pero cuanto os digo, sale de lo más profundo de mi.
No me cabe duda que mi inquietud por visitar y fotografiar gente de lugares lejanos me viene de Dalías, por su gran riqueza arqueológica, desde los restos íberos, púnicos y romanos que tenemos en el Cerrón, a los restos árabes, como los Baños de la Reina, el pantano, garitas y molinos, diseminados por todo el municipio, y que ya de pequeño me fascinaban. Fue aquí también, donde comencé a fotografiar gente, amigos, y como no, cohetes, tracas… en fin todo.
En estos momentos estoy muy emocionado y sé, que si vivieran mis padres, hoy tendrían saltadas las lágrimas. Aprovecho la ocasión para agradecer a mis hijas, mis hermanos y amigos, tanto por la gran ayuda en dificultades como las alegrías que me han dado.
Igualmente estoy sumamente agradecido a mi suerte de haber compartido y vivido los mejores años de mi vida, en este extraordinario lugar que es Dalías, pues fue aquí donde se forjó mi personalidad, ya que su gente y su carácter influyeron decisivamente en lo que soy.
Nuestra fiesta es única e incomparable, por lo que fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, por el gran fervor religioso que la envuelve y la gran emoción y entrega que despierta cada año.
Llevo muchísimos años fotografiando las fiestas del Cristo, como testigo gráfico y viendo las fotos observo la expresión de vuestros rostros con los profundos sentimientos que despierta el Cristo, ignorando la presencia de la cámara.
Ni que decir tiene, lo orgullosos que nos sentimos, de la gran ofrenda de pólvora, en forma de cohetes y tracas, que le ofrecemos cada año.
Resaltar que durante las fiestas, nos pasamos una semana oliendo a pólvora y oyendo el estruendo de miles de cohetes y petardos, gracias a los cuales somos tan conocidos. Puede decirse que cualquier daliense lleva en su ADN el olor de la pólvora, en cualquier lugar que nos encontremos, el solo olerla nos trae a la cabeza nuestras fiestas.
Los que podemos, venimos todos los años sin falta. Yo, personalmente, con poco más de una semana ya oí mi primer Cristo y así hasta hoy, al igual que mi familia, tanto mis hijas como mis hermanos y creo que la mayoría de los presentes.
Mi vida consiste en viajar, pero por encima de ello, tengo dos prioridades, mis dos hijas, Belén e Irene y las fiestas del Cristo.
Muchos, viviendo muy lejos de aquí, dejan reservados unos días de sus vacaciones para poder asistir a este encuentro anual, que a todos los dalienses nos cautiva.
No tengo ni un solo amigo que no sepa de donde soy y no me haya acompañado en alguna ocasión a nuestra fiesta.
Los que estáis aquí, dedicáis generosamente todo el año a preparar las fiestas, otros tuvimos que salir del pueblo por razones de trabajo, de familia o cualquier otro motivo; sin embargo, en estos días de fiesta volvemos, nos juntamos y retomamos las conversaciones con nuestros amigos, como si la última vez que nos vimos hubiera sido ayer, sin haber pasado el tiempo entre Cristo y Cristo.
Solo queda despedirme y dar las gracias por vuestra atención.
Como Pregonero y con tu permiso, Paco, declaro el comienzo de las Fiestas de este año en Honor al Santísimo Cristo de la Luz.
¡Viva Dalías!
¡Viva el Cristo de la Luz!
Antonio Jiménez Trujillo