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Captar la realidad transmitiendo referencias sociales y culturales

Narrativa. Las instantáneas de los más diversos acontecimientos, tanto cotidianos como extraordinarios, están vinculadas con la ocasión, el encuentro y lo real

http://www.elalmeria 8.6.2014 | PEDRO PONCE

La riqueza de matices y variedad temática de las imágenes comprendidas en el bloque denominado narrativo, permite profundizar en algunos aspectos de las mismas: Niños en la playa de Balerma refleja cierta nostalgia de una infancia que no puede retomar, con una dicción inequívocamente poética; las instantáneas de los más diversos acontecimientos tanto cotidianos como extraordinarios, están vinculadas con la ocasión, el encuentro y lo real; finalmente en otras (Mercado, Tiovivo, espectáculos, feria) nuestro fotógrafo ha sido capaz de contar cosas y, sobre todo, hacerlo con un pluralismo estilístico admirable.

Como en otras ciudades y villas españolas el cine irrumpe en Dalías, el Teatro Español se adaptará a esta nueva situación, acompañado de un nuevo local: el «Coliseo Giménez». En La Voz de Dalías, del 1 de octubre de 1928, se comenta que el domingo 23 de septiembre se inauguró la temporada cinematográfica, en el «magnífico Teatro Español..; la sala no se vio tan concurrida como era de esperar, dadas las buenas condiciones que reúne el coliseo para esta clase de espectáculo notándose sobre todo la ausencia del bello sexo, que sólo estuvo representado por unas cuantas pollitas y muy pocas señoras». La temporada cinematográfica no salía de la atonía: «El Coliseo Giménez continúa cerrado, por ahora; y, en el Teatro Español, siguen las funciones los jueves y domingos», con poca afluencia de público, debido posiblemente a que «la faena de la uva (la reseña es del 24 de octubre) está ahora en todo su apogeo». El Teatro Español, con el afán de conseguir una mayor asistencia de público, los días 28, 29 y 30 de octubre de 1928, proyectará El juramento de Legardere, película de gran éxito, «en cinco jornadas a cuatro partes cada una», con los precios siguientes:

El teatro continuaba suscitando el interés de los dalienses, en La Voz de Dalías del 5 de diciembre de 1928, se reseña la representación, en el Teatro Español del drama de José Mata, En mitad del corazón, por la compañía de Juan Zafra, «cuyo elenco es muy aceptable y se captó el favor del público, que en las funciones sucesivas llena, casi por completo, el teatro».

En los primeros años de la euforia del parral la renta generada por el mismo terminará reflejándose en determinadas actitudes sociales, a las ya comentadas anteriormente podemos añadir algunas matizaciones. En su primer número La Idea se hace eco de las «reiteradas instancias, que por parte de varios jóvenes de ésta se nos han hecho», para disponer de una sección titulada Certamen de belleza, con destino a la misma, los suscriptores podrán «enviamos una composición en verso, dedicada a la señorita de su agrado, siempre ajustándose a las leyes que impone la moral y la educación, y que no exceda de veinte versos», tuvo un considerable éxito y muy buena aceptación. En 1907 Jesús Reyes, a propósito de la representación teatral de la noche del Corpus, decía: «Entre el selecto público, que invadía el profusamente iluminado local, encontrábanse las respetables familias… Las preciosas toilettes de tonos primaverales, con el bello sexo, hacía resaltar sus naturales gracias, y, por otra parte, el escogido repertorio, que ejecutó la orquesta, dieron esplendor al acto».

La situación distaba bastante de lo radiante e idílico expuesto en algunos escritos de las revistas locales: las crónicas sobre el teatro, la sección Certamen de belleza, las representaciones teatrales, y algunas acuarelas del joven José María Zabala y en la misma prensa se detecta que un numeroso grupo de dalienses vivía en condiciones muy alejadas de lo reflejado, presentando considerables carencias socioeconómicas, ofreciendo una normalidad cotidiana, con frecuencia, demasiado dura. En La Idea, 1907, aparecerán editoriales planteando la cuestión de los más desfavorecidos, y Enrique Marín, en un largo escrito congratulándose de las conquistas positivas alcanzadas en el municipio y augurando otras mayores, no se olvida de los perjudicados, proponiendo la fundación de un asilo «para ancianos pobres, hijos de este pueblo». No obstante, todavía en 1934, el estado de opinión era el de «¿por qué se calla la Junta pro asilo de Dalías?».

Más allá del retrato inmóvil

Sociedad. La emergente burguesía agraria demandará nuevos servicios y productos y con el paso del tiempo la oferta de entretenimiento y de ocio se va a diversificar

http://www.elalmeria.es 01.06.2104 | PEDRO PONCE 

Como ya hemos dicho, Gabriel García Fornieles es consciente de que Dalías no es sólo la localidad, sino también su amplio territorio hasta el Mediterráneo, y este hecho se manifiesta en la diversidad de escenarios y situaciones, siempre con grupos de personas: veraneantes en Balerma, obreros de las salinas, jornaleros de la Vega, paseantes, asistentes a diversos actos y acontecimientos sociales y políticos, etc.

Invitamos al lector a que repare en las numerosas figuras diseminadas, muestra de una de las satisfacciones más antiguas, sencillas y gratificantes de la fotografía: el placer de lo acumulativo y la paciente delectación en detalles pequeños, subordinados o abrumadores, sólo aparentemente, en su inagotable especificidad, para entrar en la conciencia, y menos en el cálculo, cuando se oprime el disparador, en unas fotografías formalmente perfectas.

La emergente burguesía agraria demandará nuevos servicios y productos. En 1907 Francisco Callejón Baena es presidente de la sociedad anónima Eléctrica de Dalías, de cuya central, levantada el año anterior, es autor Lázaro Gil Pérez, perito electricista, y lo es igualmente de la instalación en la población, que cuenta con alumbrado domiciliario y público. En el mismo año se establece una, «bien montada», fábrica de chocolate, propiedad del juez Gabriel Rubí Martín; y, en la cervecería de Antonio Fernández, sita en la Plaza del Mercado, se ofrece al público «un rico surtido en embutidos, conservas, mantequilla, galletas, aceitunas, y otros artículos de boca, hay también aguardientes, cognacs y cerveza de las mejores marcas, todo a precios económicos».

El daliense de estos tiempos muestra un gran apego a las «veladas», concurriendo «numerosas familias al completo a la Plaza y al Paseo, en el cual la banda de música local, en la noche del Corpus de 1907, deleitó al abundante público asistente. Parte de éste pasó por el Casino y conoció sus nuevos «divanes y butacas», el pintado de las distintas dependencias, y que en la «portada» se ha levantado un «cómodo pabellón para el verano», así como también» se ha encargado, a San Sebastián, un magnífico piano marca Ortiz y Cussí». El 26 de mayo se celebró la procesión de la «Purísima», y en la tarde del 30 de junio, «con mayor solemnidad quizás que otras veces, la del Santísimo Corpus Cristi», presidida por el alcalde y las restantes autoridades locales. Excelente prólogo para la festividad del Cristo de la Luz.

Con el paso del tiempo la oferta de entretenimiento se diversifica. En el año 1928 el daliense en sus momentos de ocio, aparte del Casino, el paseo, el teatro, el cine, puede ir a varios cafés como Los Corales de Antonio García Aguilera, y Alameda, en el que junto al «café, cerveza y aperitivos de todas clases, se sirven comidas y cenas económicas», también puede pasarse por la panadería y bollería de Luis Lirola, y la confitería y pastelería de Luis Luque Lirola; y, si se encuentra en El Ejido, en este año 1928, verá y apreciará que «en el Bar el Lobero se expende cerveza Moriz helada y aperitivos de todas clases; se sirven comidas, conservas y embutidos; sitio céntrico en la Carretera de Málaga a Almería; en este establecimiento se expiden los billetes de la Compañía Alsina y Graells; servicio permanente; Salvador Delgado Palmero». Todo no es recreo y pasatiempo, el daliense puede recurrir a los servicios sanitarios del practicante Antonio Rubio Bonachera y a la Farmacia y Laboratorio de Justo Zabala Baena.

Entre 1885 y 1928 aparecen en Dalías varias publicaciones periodísticas semanales, como El Independiente (1885), La Idea (1907), Juventud (1921), La Voz de Dalías (1928). En torno a éstas surgen y se aglutinan interesantes grupos con inquietudes literarias: Jesús y Francisco Reyes Martínez, José Zabala Baena, Gabriel y Ramón Giménez Lamar, José Baena García, Bernardo Rubio Capilla, Manuel Fornieles, en La Idea; Gabriel Baena Alférez, como los anteriores se decanta preferentemente por la poesía, pero sin olvidar la prosa, José Aparicio (autor de atractivos escritos sobre ciencia y técnica) y Antonio Aparicio, cuyos artículos referentes a educación, enseñanza, el feminismo, presentan novedosos enfoques y planteamientos, destacando lo bien fundamentado de los mismos, en La Voz de Dalías.

La tradicional afición teatral de la villa, en el verano de 1907, conoció una verdadera eclosión, representándose, entre otras obras, Parada y Fonda, Un minuto más tarde, Barro y Cristal, Al negocio, Los Tocayos, por los jóvenes de la localidad: Jesús Maldonado, Francisco Baena Alférez, Juan González Salmerón, Gabriel Alférez, Gabriel Figueredo, Daniel Baena, Manuel Fornieles, Francisco Fornieles, Vicente Baena, José Díaz, Francisco Lirola, Figueredo Herrada, y Rubio Capilla, el cual, entre numerosos personajes, fue el protagonista indiscutible de El gastrónomo sin dinero. En la trayectoria teatral de Dalías la noche de San Juan del citado año marcó un hito, con el estreno de la obra «cómico-lírica Amar en ayunas», letra de Ramón Giménez Lamar y música de Gabriel de Callejón y Justo Zabala, todos dalienses, igual que lo eran los músicos de la orquesta, y el joven José María Zabala, autor de la acuarela-telón del teatro.

Como era de esperar el teatro profesional está igualmente muy presente en este verano de 1907. La compañía Cabalat ha representado: El hereu, Tierra baja, Inocencia, La Tosca, Del enemigo el consejo, La oración de la tarde, El paño de lágrimas. En la obra lírica Los baturros «la señorita Bozzano y el señor Escaloni» se revelaron, además de actores, como cantantes. La fama conseguida por la compañía Cabalat motivó su contrato, quince funciones, para actuar en Balerma «durante la presente temporada», finalizó con gran éxito y masiva asistencia de público, «cosechando muchos aplausos de la colonia veraniega que allí reside».

Nuevos paradigmas en la representación de edificios y espacios

Dalías. En el primer tercio del siglo XX, los dictados anglosajones fijaron las directrices de acuerdo con su formación racionalista como dibujantes o arquitectos

           antiguos jardines de la plaza de las flores                          (hasta el año 2003)                     

http://www.elalmeria.es 16.03.2014| PEDRO PONCE

Las misiones heliográficas, desde ya lejanos tiempos, se rigieron por los paradigmas dictados por anglosajones, que fijaron las directrices para representar edificios y escenarios urbanos, de acuerdo con su formación racionalista como dibujantes o arquitectos. Gabriel García Fornieles, en cuya completa biblioteca no faltaban tratados de arquitectura extranjeros, debía conocer estos paradigmas, con el resultado muy aceptable de sus fotografías sobre edificios: su propia casa, casas de la Plaza de la Iglesia con el kiosco de la música, ayuntamiento, casino, soportales y viviendas de la Plaza de Abajo/de las Flores, Plaza de la Iglesia con elementos de arquitectura efímera para la celebración de las fiestas y unas interesantes casas y monumental fuente desaparecida, la iglesia parroquial todavía no finalizada, cortijos de la Vega y del Campo/El Ejido, ruinas de la torre de Entinas con cortijos, Faro del Sabinal.

En el año 1900 habitantes y casas en el municipio se estructuran de la siguiente manera: Balerma 979 habitantes, Guardias Viejas 128, Grupos inferiores, inhabitables, edificios diseminados, situados a más de 500 metros de distancia de la Villa de Dalías 1.263; Villa de Dalías 3.909 habitantes; Barriada de Celín 593; Caserío de Cerros 311. Total: 7.183 habitantes.

Hasta el abastecimiento domiciliario de agua potable, en el año 1928, el vecindario se surtía de varias fuentes, las cuales daban una impronta característica al núcleo urbano, por su doble funcionalidad de atender el consumo doméstico y servir de abrevadero: la de la Plaza de Arriba, de Peralta, del Deseo, del Limón, y las de la Iglesia y Placeta en Celín. Por su monumentalidad y valor decorativo destacaba la fuente de la Plaza de Arriba, existente ya a mediados del siglo XIX. con ocho caños y dos pilares-abrevaderos.

Como ocurre en otras localidades (Laujar, Fondón, Baeza) esta fuente, aparte de su función utilitaria, se convierte en foco de referencia de la trama urbana de la villa de Dalías y lamentablemente fue eliminada en 1932.

Dalías/El Ejido en el primer tercio del siglo XX (I)

Gabriel García Fornieles. En la configuración de sus imágenes se aprecia la ambigua convivencia de elementos arquitectónicos nuevos y tradicionales en el conjunto urbano

http://www.elalmeria.es  PEDRO PONCE |  09.03.2014

Gabriel García Fornieles fue testigo, por una parte, de la Dalías que ya había experimentado, en su trama urbana y caserío, los cambios generados por la minería y el bache debido a la profunda crisis de la misma, y, por otra, la de los grandes cambios, los cuales la harían irreconocible, gracias al parral y al desarrollo del Campo/El Ejido con Fuente Nueva, como muestran las fotos de varias plazas, calles, casas, entre otras la del propio fotógrafo, y cortijos, la que representa el de Cueva Blanca es extraordinaria. En la configuración de estas imágenes se aprecia la ambigua convivencia de elementos arquitectónicos nuevos y tradicionales.

En 1907 Bernardo Rubio Capilla, desde Celín, escribía: «Dalías una población que cuenta con una Vega tan hermosa, con un Campo tan extenso, y con una Sierra tan rica», y, al mismo tiempo, Jesús Reyes Martínez, lo hacía desde el Litoral: «Heme, aquí en Balerma, en este ignorado rincón del mediodía, gozando de los mil encantos, con que la naturaleza se ha dignado embellecerlo». La villa se encuentra en el interior, pero Dalías es también Mediterráneo. El daliense tiene una clara percepción del medio físico de su municipio, formado por tres unidades naturales: la Llanura Litoral/el Mar, la Montaña y el Valle intramontano con el manantial de las Fuentes (el Arroyo), heterogéneas pero de economía complementaria que, aunque parezca una contradicción, generan factores y elementos de integración. Si bien el entorno inmediato es el Valle/manantial de las Fuentes (Arroyo) y, sobre todo, el núcleo urbano, centro de gravedad demográfica y factor decisivo para configurar la idea de pertenencia a un territorio.

A mediados del siglo XVIII la villa, cuya estructura urbana refleja los rasgos de su origen musulmán y repoblador, aparece nucleada en cuatro fuertes nudos: El Margen, Almohara, Iglesia y El Presidio; El Olmo, Herrela y Alberquillas; Cantarranas y Cerro de la Vía Sacra; La Ermita, Celín, Cerrillo de las Ánimas, Algízar, Almecete y El Algarrobal.

La Dalias dieciochesca desaparece con el terremoto de 1804, si bien, la reconstrucción respetó la trama preexistente, en la que decaen algunos de los barrios y calles citados, y se configuran y consolidan otros como: El Pósito, El Panteón, Cuerdas, San Sebastián, Plaza, Calle Empedrada y San Cristóbal.

El conjunto urbano, de trazado irregular, se esfuma en una serie de calles, frecuentemente estrechas, callejones y plazas, las más de las veces pequeñas. La construcción del nuevo templo de Santa María de Ambroz originó un espacio de relación doble, pues se configuraron dos plazas, la dejada por la derruida iglesia vieja, la Plaza de Abajo, definida y caracterizada por una construcción de soportales, mientras que el nuevo templo parroquial y el ayuntamiento enmarcan la Plaza de Arriba. Ambos espacios constituyen dos dominios distintos estética y funcionalmente.

En los primeros decenios del siglo XX la villa, para su mejor gobierno y funcionalidad en los diferentes aspectos, se divide en cuatro cuarteles o distritos:

1º – Calle de Almargen y Barrios de Almohara, Ayudante, Panteón, Iglesia, Cuerdas y San Sebastián,

2º – Barrios de La Plaza y del Olmo, Calles Empedrada, Herrela y Correo, y Barrios de Las Alberquillas y de San Cristóbal.

3º – Barrio de Cantarranas.

4º – Barrios de Celín, Cerros y Algízar.

Dalías es asimismo su Tierra, así se agregan Guardias Viejas al distrito segundo y Balerma y El Campo al tercero.

La casa presenta una gran variedad, reflejando la cualificación socio-profesional y el nivel económico de sus moradores, con hondas raíces históricas. El 28 de marzo de 1805 Simón de Rojas Clemente es informado, para su obra Historia Natural del Reino de Granada, que «las casas de Dalías tienen gran cocina oblonga por primera habitación, a la cual se entra por la puerta de la calle; de la cocina parten puertas que van, una al corral, otra a un cuarto repostero, otra a una sala dormitorio. El segundo piso es granero. El techo último es terrado de launa». La acumulación de rentas generadas por la minería y la agricultura, trae consigo la implantación, en los últimos decenios del siglo XIX y primeros del XX, del característico modelo de vivienda burguesa almeriense, dando una peculiar silueta a la villa, igualmente con significativos ejemplos en El Ejido, y que terminará manifestando el propio edificio del Casino. El hogar familiar no puede sustraerse de las herencias históricas, siendo en este aspecto donde aparece un elemento-símbolo de la casa en Dalías: el huerto-jardín.

En 1860 el municipio de Dalías tiene 10.694 habitantes y 2.723 viviendas (2.304 en la villa y 419 en el resto del territorio, especialmente en el Campo, Balerma posee 82).

En 1887 se aprecia un espectacular descenso de población, pues cuenta con 6.294 habitantes: 3.643 en la villa y 2.651 prácticamente en el Campo, que representa numerosas entidades de población permanente, y entre las cuales destaca Balerma con 880 habitantes; el número de viviendas es de 2.118: 1.320 en la villa, y 798 en las entidades de población del Campo, de las cuales Balerma tiene 265.