Mucho más que miradas lograron conectar en Ecuador Mª Inés Díaz Fornieles y José Gabriel Lirola Martín, dos profesores del IES Ciudad de Dalías que hace unos días volvieron de una de las experiencias más enriquecedoras de sus vidas.
Ambos participaron en un intercambio de una semana en ese país latinoamericano como premio al centro, cuyo trabajo fue seleccionado en la I Convocatoria de Proyectos de Intercambio entre escuelas iberoamericanas Integrando Cultura. Su proyecto, bajo el título ‘Conectando miradas’ está relacionado con el Vínculo Solidario Educativo que desarrolla el IES con cinco centros de Ecuador. El viaje ha sido posible gracias al patrocinio de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura a través del Instituto para el Desarrollo y la Innovación Educativa especializado en migraciones, y la especial colaboración de ‘Ayuda en Acción’. Y se fueron cargados de regalos y ayuda, ya que por ejemplo llevaron los más de 1.400 euros recaudados en la carera solidaria para mejorar las condiciones de los centros ecuatorianos, así como cds y dvds con información sobre Dalías, ejemplares del periódico escolar ‘Daliito’, así como con el resumen del proyecto y 160 bolsas de tela que pintó el alumnado de 4º de ESO. Los profesores visitaron los cinco centros de apoyo (Río Seco, Febres Cordero, Manantial de Colonche, Bambil Collao y Bambil Deshecho) así como otras dos escuelas, un centro de salud en la comunidad de Palmar, microempresas creadas también con el apoyo de Ayuda en Acción (una granja avícola, una empresa de artesanía y otra de procesamiento de la paja toquilla) así como a agricultores dedicados al cultivo de la sandía o a plantaciones de cacao, plátanos, café, y empresas relacionadas con el pescado.
Desde el punto de vista humano, los profesores aseguran a IDEAL que les ha impresionado bastante «que esas personas son felices con lo que tienen, pero se esfuerzan, trabajan, estudian, se preparan. En los colegios nos ha llamado la atención el mantenimiento de los valores, el respeto al profesorado, al director, al visitante. Y en general, cómo nos han acogido en todos los sitios, han hecho todo lo posible para que nos encontráramos siempre muy bien. También nos ha impresionado cómo aprovechan los recursos que poseen, cómo aprovechan las ayudas que reciben para avanzar, cómo multiplican esas ayudas, no sólo en su beneficio, sino en beneficio de sus familias, amigos, vecinos, de su comunidad en general», asegura Lirola.
Asimismo vuelven a Dalías con la sensación de que «hay que hacer más. Necesitan muchos recursos y bienes que nosotros aquí ni valoramos, como la luz eléctrica (que en general tienen, pero de manera escasa. En los centros de apoyo escolar hay una bombilla para una nave enorme), o el abastecimiento de agua. En los colegios hay un alto número de alumnos por clase, mesas y sillas viejísimas y muy estropeadas, como las instalaciones en general. En algunos centros hay 10 ordenadores para todos pero no hay Internet, un campo de tierra hace de pista polideportiva y falta higiene y limpieza».
A nivel personal ha sido una experiencia muy enriquecedora, «compruebas cómo de verdad lo material no da la felicidad; eso se oye muchas veces y es cierto, ves cómo sus habitantes viven tranquilos y felices con sus recursos, con lo que tienen. Felicidad que también se contempla en los centros educativos, entre los niños. Felicidad que se consigue, igualmente, compartiendo con los demás lo poco que se tiene. Nos ha servido para comprobar que hay unas necesidades básicas para vivir, que aquí las tenemos ampliamente satisfechas, y que nuestros problemas… ¡menudos problemas! se puede prescindir de todas esas cosas para realmente vivir bien, tranquila y felizmente», asegura José Gabriel.
Y también han comprobado que sí sirven las actividades que hacen en el centro para ayudar a los que forman este vínculo solidario, «te hace valorar, de verdad, la importancia de desarrollar actos solidarios, como la Carrera Solidaria, pues lo poco que se puede conseguir aquí allí se multiplica o contribuye a cubrir esas necesidades básicas a las que hacíamos referencia (por ejemplo, con una parte de los fondos enviados se arregló una cubierta). Tenemos que realizar actos solidarios, o dedicar más páginas de nuestro periódico escolar, a ellos, a sus cartas, a su cultura, a su vida, en general».
A su vuelta han traído decenas de cartas redactadas por los chicos y chicas de cada centro de apoyo escolar para el alumnado daliense que participa en el vínculo solidario.